martes, 30 de enero de 2018
lunes, 22 de enero de 2018
UN POEMA DE ANTONIO PRAENA
ALMA
El secreto consiste
en agitar todo su cuerpo
hasta que se despierta lo más hondo:
un instinto animal,
una fuente cegada
que emerge hasta sus labios y sus dientes,
la yema de sus dedos y las uñas.
No es sólo mi camisa almidonada,
mi forma de fumar ni mis dos ojos
oscuros y felinos
levemente entornados y brillantes.
No es tampoco la fuerza
con la que agarro sus cinturas
y les muerdo en el cuello
mientras mi pierna toma sitio entre su falda.
No el bosque de mi pecho contra el suave
reclamo de sus lenguas, ni este trueno
de seda y de saliva penetrando
su noche con mi pálpito salobre.
Es algo más brutal y primigenio
que embiste carne adentro hasta ese abismo
donde la carne, simplemente,
desea no ser carne:
vuelvo el alma a sus cuerpos.
Antonio Praena
HISTORIA DE UN ALMA
Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma
Visor, 2017
lunes, 15 de enero de 2018
DOS POEMAS DE JULIO MONTEVERDE
EL ESPEJO DEL SUEÑO, IV
La sombra se ha mezclado con la llama. Despierta al pánico y su cuerpo asciende al día claro.
Como dientes perforados por las imágenes, los gestos se abren, guiados por la atracción.
En la noche lo hemos visto todo.
El sueño recorre el día en sentido contrario.
miércoles, 10 de enero de 2018
ROMA (VISTA POR JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ) PARA LOS DEL VERBO "ALO"
Pero
al mismo tiempo podemos, amor mío, pasear esta tarde
por
Roma, podemos
apaciguar
nuestros ojos en sus calles, en sus fachadas
en
la alegría que aún no ha sido destruida.
JMA
No
hay en la tierra nada comparable a esto. El alma se conmueve y se eleva;
una tranquila felicidad la invade por completo. Pero me parece que para
estar a la altura de estas sensaciones hay que amar y conocer Roma desde hace
mucho tiempo. Un joven que no ha conocido nunca la desgracia no las comprenderá
nunca.
viernes, 5 de enero de 2018
UN POEMA DE ABELARDO LINARES
LLÁMAME AYER
En homenaje a Pedro Salinas.
Pues mañana no existe y todo es noche,
llámame ayer.
Camareros de punto en blanco,
agilísimos,
recorren la tierra
como si fuera una gran, única sala
y llegan hasta mí para decirme
en Bogotá o Los Ángeles
que tú estás al teléfono,
no ahora,
sino hace un mes o un siglo,
buscándonos hacia atrás,
hacia lo más adentro
de todas las edades
y que me esperas
en un ayer que es ya,
de tan lejano,
la aurora del mundo.
Lo que escucho,
mezclados con tu voz,
no son interferencias o ruidos de la línea
sino cercanos
bramidos de dinosaurios
que nos hacen tan jóvenes,
tan jóvenes,
que nuestro futuro
es regresar al mar,
que nos nazcan las aletas en el cuerpo,
con nostalgia de brazos,
y que el sabor salino de mis labios
no sea el de tus lágrimas
sino el del agua
salada en la que naceremos.
Hacia atrás, hacia atrás,
hasta fundirnos
en la primera célula.
Y sea ese final
nuevo principio
que dé razón del mundo.
Abelardo Linares
L´UNICO CIELO (Di Felice Edizioni, 2013)
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