XXIX
No sentimos ninguna sacudida
cuando mueres, juventud, en nosotros.
Qué nos importa el sentido del fin
del mundo. Ceremonia de purificación,
semilla de nuestros padres, del juicio
y de la virtud de donde tú bebes
como las danaides. La vibración
en el aire, la espera de la muerte
no nos resta atrevimiento y valor.
En el rostro apacible con los ojos vivísimos
el arte, la poesía, la música y el amor carnal
son vientos de locura,
las puertas de los cielos, sus montañas de
Arcadia.
Enfrentas el destino, la leyenda
que tantas veces acompaña triste
a la historia, la línea de belleza.
Los Sin par, los amantes sin igual,
rinden Alejandría.
Alfredo Rodríguez
(De HIEROFANÍAS,
Chamán Ediciones, 2017)
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