AL MARGEN DE LA DERNIÈRE INNOCENCE
A José María Álvarez.
De niños, ateridos y a merced del insomnio,
tizoneábamos dichosos, esperando que la noche,
fría y hermosa, nos traería sueños húmedos.
En el Cabaret L´Enfer, admitidos por Mefistófeles,
bebimos cuanto se nos antojó, con Jim Morrison,
Amy Winehouse y Arthur Rimbaud, enjugascaos
con la misma Hécate... Por las calles desiertas
fuimos luego, abrazados y cantando ebrios,
con nuestros capotes de nieve, bajo los cielos
oscuros; apuntando a lo alto y muy lejos
el chorro humeante de nuestros meados.
Soren Peñalver
No hay comentarios:
Publicar un comentario