domingo, 6 de septiembre de 2015

EL SABOR DE LOS CHULETONES



Anoche vi MATRIX con L y L. Nunca la habían visto. 

Qué rápido pasa el tiempo... Ya tiene más de quince años la película, y recuerdo perfectamente el día en que fui a verla al cine con unos cuantos amigos.  Y sigue siendo "moderna", me dijo L. Claro: como lo son los clásicos, como lo es Platón, le dije. Luego le expliqué la teoría de las ideas y esas cosas que explican mejor los filósofos.

Y luego L me preguntó: ¿y tú qué harías? ¿Pastilla roja?

Difícil. 

¿Y si nos dieran de verdad a elegir? ¿Y si pudiéramos decidir vivir fuera de la inopia, salir de la caverna, ver de qué estamos hechos, qué somos y quién nos maneja? La respuesta parece fácil: ¡salir, salir! No lo tengo tan claro. Muchos dirían que sí, que mejor morir de pie que vivir arrodillado, que no mola ser manejado..., y todas esas cosas que decimos con la boca bien llena y nos hacen pensar "qué sabios somos, qué superiores". Pero piénsenlo. Visualicen la balanza. 



A diario lo veo. No está tan claro*.

Si tantos lo prefieren, si esa estulticia e ignorancia te beneficia, quizá Matrix no esté tan mal para vivir. Allí al menos los chuletones saben a carne.


*Por lo que hablábamos hoy, JM, bajo la lluvia. CT.


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