sábado, 2 de septiembre de 2017

EL DINERO

Pasta, metálico, capital, tela, guita, efectivo, plata, billetes, fondos, pavos. 

Dinero. 

Lo que separa el ser del no ser. Pero ¿qué es el dinero?



Lo es todo si no tienes,  ¿verdad? La mitad de los adultos de Estados Unidos tienen más deudas de tarjetas de crédito que ahorros. El 25% no tiene nada ahorrado y sólo el 15% de la población se podrá permitir siquiera un año de jubilación. ¿Qué indica eso? ¿Que la clase media se está esfumando o que el sueño americano ha muerto? Si esto último fuera verdad, no me estarían e escuchando.

Creo que la mayor parte de la gente tiene una idea errónea del dinero. ¿Es sólo una unidad acordada de cambio por bienes y servicios? 3,70 por cinco litros de leche, 30 pavos por cortarte el césped, o ¿es un intangible? Seguridad y felicidad, tranquilidad. Dejad que os proponga una tercera opción: el dinero como aparato de medida. 

La dura realidad es que el dinero que acumules en tu vida no depende de quien sea presidente, o de la economía, la explosión de la burbuja, malas decisiones o malos jefes. Responde a nuestra ética del trabajo: la que nos ha hecho el mejor país de la tierra. Depende de ir contra la opinión de los medios, sobre en qué consiste ser un buen padre: decidir perderse el partido, la obra, el concierto..., porque estás resuelto a  trabajar y a invertir en el futuro de tu familia, y te haces responsable de la consecuencias de esos actos. Paciencia, frugalidad, sacrificio. Y en resumidas cuentas, ¿qué tienen esas tres cosas en común? Que son elecciones. El dinero no da tranquilidad, ni la felicidad.

El dinero es en esencia la medida de las elecciones de un hombre.


Martin Byrde


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