estar en este espacio
bajo esta piel que fluye
queriendo
que el principio se deshaga
como fruta aplastada por el ganado.
sin decir la sangre ni la herida.
sin raíz
sin playa
sin bolsillos.
los ausentes se demoran en su ausencia.
todo en mí parece permanente.
la herida es una herida,
aunque no sangre.
mis manos, el apéndice
de un olvido inabarcable y ruin.
el corazón,
ese asqueroso músculo
que bombea
como los metrónomos.
Andrea Aguirre
MUJER FRENTE AL CAOS
La Penúltima editorial, 2017
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