Por si alguien gusta de leer lo que mi querido Soren dice de VERBOS POR DENTELLADAS (RavensWood Books Ed., 2016) hoy en La Opinión.
Por lo de la vanidad y esas cosas de las que hablábamos ayer JB y AC...
UNA VOZ PARA EL FUTURO
Con veste de estridentes colores, rasgada, y lengua audaz, en
la cima de un altazor arqueológico de Asia Menor (Sardes, Pérgamo, Priene, Dídima,
Éfeso, Afrodisias…), imagino en mis sueños diurnos a Noelia,
mi amiga, mi hermana, mi hija, mi colactánea.
¿A quién se dirige? ¿A dónde se encaminan sus palabras; su
voz desgarrada, rebelde, y por cuyos sonidos incontrolados se escapa la
ternura? La poeta, andrógina, viril y tanto más femenina… (hablamos de antes que
cayese en desgracia la norma omniamorosa), eligió la clasicidad, y se entregó a
Ovidio, al Ovidio más comprometido con la mujer, traduciendo del
poeta latino Las Heroidas; luego, y mientras enseñaba a los más jóvenes las palabras
sabias, escribió de sus insomnios (un tanto de desvelo en el durmiente no va en
contra de apreciar el sueño), compuso un libro de poemas, Calamidad y Desperfectos (2012),
que se reeditó prontamente.
Mujer y escritora incansable, Noelia ha dado a conocer la
obra de otros escritores y poetas, colaborando en revistas literarias, en festivales
poéticos, en opiniones de prensa… La antología de poesía titulada El oro de los tigres (Editorial
Balduque, 2015) fue el homenaje debido a su admirado poeta, amigo y maestro José María Álvarez.
Admirable es su actividad como codirectora de la revista de
poesía La Galla Ciencia, junto a Joaquín Baños y los fieles Samuel Jara y Daniel J. Rodríguez. Se ha dedicado, además, al estudio de la obra poética del mexicano
Efraín Bartolomé, del que promociona la obra por estas tierras, y a mediados
del próximo septiembre hará una presentación española del mismo. En la
actualidad, Noelia está entregada a una tarea conjunta con Álvarez: una
traducción de Catulo, así como un libro de conversaciones con el poeta de Tosigo Ardento.
Noelia Illán Conesa es noticia literaria de actualidad por un
nuevo libro de poemas, el segundo: Verbos
por dentelladas (RaVenWoodBooks Editorial, Colección Fleurs
de Marécage, nº6, 2016). Un libro propio, por fin, después de cuatro largos
años de espera para muchos de Noelia, que la siguen internacionalmente, pues su
poesía es universal por la perspectiva e intereses culturales, lengua escogida,
amplia y audaz (como ya se ha indicado).
Uno de los poemas de Noelia, casi escogido al azar, como es
el titulado Te aseguro que alguien se acordará de
nosotras (pág. 60), augura el estudio amplio de
un futuro conocedor de la poesía illanesca. Ya en los versos de Ezra Pound que abren el poema de Noelia se señala la clasicidad y el
academicismo de la fuente donde bebe la autora: «Si quieres el meollo, / ve a
Safo, Catulo, Villon».
La modernidad de Pound, en el sentido más rimbaudiano,
invita a que sigamos a Noelia, que también alude a otro gran poeta, Gerald de Nerval, y uno de los bellísimos sonetos de sus Chiméres (Quimeras), El desdichado (titulado
así, en castellano, en el original). El poema de Noelia no puede ser
fragmentado, y como primicia a los inmediatos lectores de esta página, lo damos
aquí al completo:
Te has
quedado sola,
como el
Príncipe de Aquitania
en su
torre abolida,
desierta
de hombres y besos.
Tus manos
cubren de sábana
un cuerpo
helado, marchito,
que el
cruel himeneo abandonó.
Alguien
te recordará entonces
acurrucada
en el vientre de Atis
–o cualquiera otra. Poco importa–.
Tú preferirás
eso:
el
crepúsculo de esos ojos,
el
regazo suave y cubierto de ámbar.
Los
dioses, algunos, se olvidaron de ti.
Y ahora
estás sola,
como el
Príncipe de Aquitania,
terriblemente
lésbica y carnal
en tu
torre abolida.
Noelia Illán Conesa, nacida en la antiquísima Cartagena,
tiene el presente más luminoso que se desee y el futuro que su ciudad promete con
la belleza de los nuevos descubrimientos de su pasado; «el pasado», que como
escribió Marcel Proust, «no sólo no es fugaz, es que no se mueve de sitio». Los
sedimentos de esa enlazada historia de Cartagena, el aire mineral de sus mediodías
y tardes soleadas, el hálito de sus noches marinas, están en la voz, cavernosa
y musical que viene de lejos y resulta tan cercana, de Noelia Illán Conesa,
nuestra poeta de matia magnitismena (ojos magnéticos).
Carolina Illán Conesa y Vanessa Castaño
Sanz, respectivamente, han elaborado con
gusto, aportando la fotografía y el diseño, la cubierta del elegante libro. Gracias
por tus Verbos por dentelladas, querida Noelia, que nacidos de los hondos del ser, merecerán
ser registrados por los mecanismos de la inteligencia artificial, con destino a
la incógnita de la posteridad.
Soren Peñalver
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